Vivimos inmersos en un mundo de colores. Están por todas partes y juegan un papel muchísimo más importante en nuestras vidas del que nos damos cuenta.
En el mundo online nos preocupa seleccionar adecuadamente los colores de nuestra web para ¿atraer a nuestro público?, ¿vender más?, ¿para que sea accesible? Pero el color es mucho más que una elección de diseño.
Sabes que el color condiciona tu relación con los alimentos: qué fruta está madura, cuándo una carne está al punto o en qué casos es mejor no comer ciertos alimentos. También es un indicador de salud, o de falta de ella. Si el blanco de tus ojos se pone rojo sabes que necesitas una cita con el oftalmólogo.
La industria intenta convencerte de gastar más para que personalices un producto con el color que deseas (aunque la gama de colores sea muy limitada) o para que compres el aparato con la pantalla que reproduce los mejores colores.
El lenguaje y la cultura están profundamente influenciados por los colores sin ninguna duda. En los cuentos infantiles seguimos viendo princesas vestidas de rosa y príncipes azules que deben vestir chaleco amarillo para ir a la moda de películas infantiles y novelas del XVIII. Hablando de moda, tanto si eres fashionista como si llevas un deforme jersey cerúleo comprado de oferta, tu imagen personal no es ajena al color.
El color está por todas partes y participa constantemente en nuestra percepción, guiando nuestras acciones, decisiones e incluso fisiología. En esta charla rascaremos estos aspectos de aquello que le da su aspecto memorable a nuestra realidad.
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